En invierno, la vid se encuentra en periodo de reposo vegetativo; la savia deja de circular por la cepa. Es durante estos meses cuando se lleva a cabo una de las tareas más importante en la viña: la poda invernal. De ella dependerán la calidad y la cantidad de las uvas en los meses estivales, condicionando la vendimia y el carácter de los vinos.
A finales del invierno iniciamos la siembra de leguminosas y cereales para las cubiertas vegetales, además de preservar la flora autóctona en las zonas donde esta sea más favorable, originando cubiertas espontáneas.